martes, 25 de septiembre de 2007

Nunca quise que te fueras

Envases, envases, envases... vacíos ¿De qué sirven? Clasificados, rotulados, identificados... El contenido hace tiempo evaporado no deambula volátil, no está libre simplemente perdido. ¿Qué consuelo nos queda? El egoísmo. Los que se van, los que se quedan; casualidad y misterio. Incomprensible en esencia, incomprensible de hecho.
La ausencia no es terrible, el problema es que la tuya es eterna. El problema no es que te fuiste, el problema es que lo hiciste antes de que pudiera decirte que quería que te quedes; y la frase se me queda atravesada en la garganta recordándome el destiempo cada vez que trago saliva conteniendo el llanto que se empecina.
Dejaste la puerta entreabierta golpeándose contra el marco a causa de la ráfaga que provocaste al salir tan rápido.Puedo verte por la hendija y me arrepiento. Sé que no puedo pasar al otro cuarto por eso espero, mientras tanto te recuerdo.
No sé si tenés alas, no idealizo. El recuerdo me alcanza para saber lo que fuiste conmigo

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