domingo, 30 de diciembre de 2007

Demonios en el alma IV

Estoy parado frente a la puerta aguardando el momento en que llegues para consolar, apretando fuerte contra tu pecho, lo que dejaste de mí. La espera es infinita, mi imaginación también, tanto que el tiempo me sobra para encontrar las mil y un razones por las que despiertas esta rabia, que a pesar de mi esfuerzo, se vuelve incontenible.
Tres golpes, tres repiqueteos fuertes y secos anuncian tu llegada. El corazón me late fuerte. Corro hasta la puerta y te invito a entrar otra vez a mi casa, a mi vida...
(Continuará...)

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