domingo, 16 de diciembre de 2007

Demonios en el alma III

¡Cómo hago para controlar el pulso acelerado de mi pluma con la que ya no puedo escribir ni una sola frase! De pronto me veo reproduciendo tu silueta sobre la hoja que hasta hace minutos estaba en blanco. Descubro mi debilidad y me revelo...
Producto de una abrumadora contradicción de sentimientos, las palabras brotan incesantes y caóticas. Veloces, las frases van develando sucesos macabros y mi deseo incontenible. Te ruego en mi imaginación que me dejes ir, pero tan sarcástica resultaste que prefieres llevarme al límite antes que perder.

(Continuará...)

1 comentario:

Gonzalo dijo...

Sabés que me encanta lo que escribís... aunque este cuento me empieza a atrapar de a poco, me gusta y espero ansioso la continuación.