lunes, 12 de noviembre de 2007

Imagen, distorsión, reflejo y realidad (Cuarta Parte)

14.30hs. Hipnosis.

La doctora quiso indagar mas allá de lo evidente. Ella que todo lo calculaba no se percató de que yo sabia que en realidad buscaba el lugar donde me habitaba. Mi cuerpo se relajaba y yo... yo viajaba al lugar, al momento, al instante dónde... Decidió preguntarlo y pude sentir su odio etéreo pero profundo, sin expresión alguna. Otra vez todo daba vueltas a mi alrededor. Turbulencia, confusión, respiraciones aceleradas, pieles sudorosas susurros y la traición de mi cuerpo. Locura e incoherencia, la única explicación posible para esta imagen tan ilógicamente distorsionada del amor.

14.30 hs. Terapia IV

-¿Dijiste que bailaba?
-Si, integraba un ballet de danza contemporánea. Salía de gira por algunos países de Latinoamérica como Venezuela, Colombia, México, Uruguay... Un día el productor decidió que ya no era rentable. Fue en ese momento que decidió posar para el taller. Y siguió haciéndolo hasta el momento en que se me reveló la verdad.
-Sigue con la idea de que su cuerpo no representa la magnitud de sus sentimientos.
-¿Por qué cambiaria de opinión?
La doctora me dirigió una mirada aguda punzante, se sentía defraudada. ¿Habría llegado a pensar que aquellos momentos de locura, de lujuria de delirio lograrían un cambio de opinión? ¡Qué cruel! Disfruta cuando caigo una y otra vez, sabe de mi sufrimiento. Ahora me mira indignada, ofendida. Es como si hubiera llegado al fondo de su feminidad, haciéndola dudar de sí misma.
Cuando dejó caer la bata en el atelier, la vi resplandecer. Fue un instante, de intensidad absoluta, de pasión mística de un halo envolvente y espeso... ¿Aún estaría en aquella casa quinta en las afueras de la ciudad?

Tanta paz, tanta calma... Parece que los pájaros cantan más fuerte en este lugar, gritan aturden, molestan. Todo es tan perfecto; armonía absoluta, le resulta repulsivo. Siempre hay algo de atractivo en el caos, de eso se trataba el juego. Sobre todo ahora que comenzaba a desordenar su existencia. Una quinta en las afueras de la ciudad es el escenario perfecto para que una personalidad tan poco compleja y rudimentaria se abasteciera de respuestas, vagas, confusas... La paz que reflejaba en su semblante le produjo una especie de sudor frío (Espejito, espejito...) y algo similar a nauseas. No podía tolerarlo.

En la quinta buscaban las palabras apropiadas, un discurso breve, sencillo para preceder una ceremonia corta y emotiva pero sin demasiado sentimentalismo. Debían evitar que el resto de los fieles se hicieran preguntas. Su alma ha ascendido a un plano superior, una forma de vida elevada, perfecta donde los seres son puro amor... Sin más explicaciones el líder dobló en cuatro el papel dónde había escrito el discurso y dio las indicaciones acerca del lugar donde debían depositar el cuerpo. A unos pocos metros, unos arbustos se agitaban, advertían una presencia que pasó inadvertida. Los pasos se aceleran, la respiración se entrecorta. Cuando llega al hueco que abrió en el alambrado, la mano se afloja y deja caer sobre el césped recién cortado el cuchillo ensangrentado.

(Continuará...)

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